El presidente , Evo Morales, en una masiva concentración. |
Morales coronó así en El Alto, centenares de visitas a ciudades, pueblos y comunidades indígenas que, en los cuatro últimos meses, eclipsaron al tímido proselitismo de los candidatos opositores Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina, quienes centraron sus discursos en la denuncia del riesgo de un "totalitarismo".
Casi todos los sondeos pronostican una fácil reelección del cocalero, quien saca provecho del buen desempeño de la economía local y recoge los frutos de sus ruidosas nacionalizaciones en los sectores petrolero, minero y de telecomunicaciones y de populares bonos Analistas ven una segunda vuelta como poco probable dado el apoyo de una población mayoritariamente campesina a Morales.
"Hace 20 años nos dijeron que Bolivia se nos muere y con ese pretexto nos sometieron al neoliberalismo. Ahora demostramos que Bolivia no sólo no se muere sino que es viable", proclamó Morales en la ciudad sureña de Tarija, horas antes de cerrar su campaña.
Morales dijo repetidamente que espera ganar dos tercios del Congreso, incluido el Senado que estuvo controlado por la oposición en los cuatro años pasados, para aprobar rápidamente un centenar de leyes de aplicación de la Constitución "plurinacional" y socialista estrenada a principios de año.
La reorganización del poder judicial con elección popular de los tribunales nacionales, la puesta en vigencia de autonomías regionales y una política de atracción de inversión destacan entre las leyes que prepara Morales, quien se convertiría en el primer mandatario boliviano en ejercicio reelecto en 45 años.
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