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lunes, 31 de agosto de 2009

La derecha sin ideas para debatir, ataca y ofende con su jauría mediática



Temiendo otra vergonzosa paliza en las urnas, las fuerzas opositoras fragmentadas y sin propuesta despliegan una furiosa campaña antigubernamental que sube de tono a medida que el candidato favorito Evo Morales asciende en las encuestas.

Semanas atrás, medios escritos y estaciones de televisión articularon una cadena nacional para victimizar a mercenarios de extrema derecha caídos en Santa Cruz en un enfrentamiento con la policía.

La prensa privada descalificó la investigación del caso terrorismo y La Razón publicó un comunicado de una organización indígena apócrifa que hace apología del delito.

Los diarios paceños La Razón y La Prensa falsearon declaraciones del Presidente Morales, queriendo mostrar que el gobierno es tolerante con el "narcotráfico" porque defiende la hoja coca.

El 24 de agosto de 2009, el diario cruceño El Día alertó: "Llegan a Santa Cruz más de un centenar de supuestos médicos venezolanos y reavivan ‘acarreos' políticos como está ocurriendo en Pando con miras a las próximas elecciones de diciembre".

Resultaron ser médicos cubanos los fotografiados por El Día, de propiedad del terrateniente Branko Marinkovic y dirigido por Cayetano Llovet, un escribano que recibía sueldo por hablar bien de la privatización de las empresas públicas.

La campaña mediática contra los asentamientos humanos en Pando es tal vez la más intensa y agresiva. Como se dice vulgarmente, "la prensa privada le mete con toda su bronca".

El gobierno distribuye tierras en la amazonía baldía con el fin de sentar soberanía en el norte amazónico, explotado durante siglos por una pequeña elite de terratenientes asociados con capitalistas extranjeros.

Los medios y sus jefes políticos y cívicos condenan el "acarreo ilegal". El gobierno traslada cocaleros y campesinos "para que Pando sea masista" y para aplastar a la oposición en las elecciones de diciembre, interpretó La Razón.

Los que más protestan son los terratenientes pandinos y sus socios de Santa Cruz y Beni, especialmente el ex prefecto de Pando y actual senador de Podemos Roger Pinto, acusado de vender 27 hectáreas de terrenos del Estado en la zona franca de Cobija en 35 mil dólares pagados en cuotas a cinco años de plazo.

¿La prensa objetiva e imparcial?

En los debates agrarios, la prensa privada siempre concedió más protagonismo y espacio discursivo a los empresarios y a los comités cívicos, y subvaluó a los indígenas y campesinos como si fueran actores de menor relevancia. (1)

Los diarios de Santa Cruz niegan la existencia de tierras improductivas o "de engorde y rechazan cualquier plan de redistribución. "¿Acaso con la entrega de tales tierras revertidas previamente al Estado, a favor de las turbas, se va a asegurar una productividad óptima?", editorializó El Deber en 2006.

Pero ni con el bombardeo mediático alza vuelo la protesta de los terratenientes pandinos que rifaron tierras fiscales en beneficio de sus amigos y socios, y que ahora se oponen a que campesinos pobres pueblen extensas áreas de la amazonía deforestadas por madereros brasileños.

Las fuerzas conservadoras y sus medios tuvieron que cambiar de discurso, y repentinamente afloró a raudales la sensibilidad social de la prensa privada normalmente indolente ante la dramática pobreza y la inequitativa distribución de la tierra en el país.

En los últimos días, varios reporteros viajaron hasta los nuevos campamentos en Pando para dar voz a los pobres migrantes que "viven aislados en carpas en medio de la selva padeciendo hambre".

Los "acarreados" por el MAS no tienen vivienda ni servicios básicos, hace ocho días que no comen carne y no han recibido las tierras prometidas, vociferó el senador latifundista Roger Pinto.

Los migrantes viven presos y no pueden salir del campamento, aunque una docena de inconformes habría burlado a los guardias y abandonado el asentamiento a pie, al igual que varios soldados desertores, "informaron" algunos medios basándose en trascendidos no confirmados.

Una periodista de la cadena de televisión PAT, también de propiedad de empresarios cruceños, informó que 40 de los 500 colonizadores abandonaron el asentamiento porque no aguantaron la "mala comida y el aislamiento". "Los cansó la sopa de arroz con fideo y sin carne, no tener nada ni a nadie a kilómetros a la redonda", añadió El Deber.

Los mismos medios privados temen y desprecian a las "bandas de avasalladores" campesinos "sin tierra"; ahora se conmueven por la pobreza de los migrantes collas de Pando, "mártires" y "víctimas" de la ambición política del gobierno.

La prensa derechista nunca antes había cometido tantas faltas graves a la ética profesional del periodismo, pero podría batir su propio récord en la nueva ofensiva mediática.

La prensa privada omite y distorsiona intencionalmente información de interés colectivo; silencia, falsea y tergiversa hechos; no proporciona información de contexto para facilitar la interpretación del origen y la perspectiva de los hechos noticiosos; acusa sin pruebas, mella la dignidad de personas e instituciones; incurre en sensacionalismo, y hace apología del delito y del odio racial.

Se supone que el periodista asume la responsabilidad política e ideológica insoslayable de luchar por la libertad de expresión, ya que es el intermediario profesional más influyente en el proceso formativo de la conciencia ciudadana.

Lastimosamente, muchos periodistas bolivianos creen que la libre expresión y la libertad de prensa son derechos exclusivos de sus patrones, es decir de los dueños de medios de comunicación.

No se confundan: Casi todos los códigos de ética dicen que el periodismo es un servicio de interés colectivo; que la información es un bien de toda sociedad, y la libertad de expresión, un derecho del pueblo.

Por tanto, el derecho a la libre expresión individual sólo es posible si se toma conciencia y se defiende los intereses sociales y la independencia económica, política y cultural de la Nación.

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