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martes, 9 de junio de 2009

Rózsa buscaba la forma de irse de Bolivia por falta de dinero

El boliviano-croata-húngaro confesó a Pistovcák que ya no tenía tanto apoyo. Apenas cinco bolivianos le daba Rózsa a su camarada Tóásó para sus alimentos y otros gastos.

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Terrorismo: Rózsa (sentado a la derecha) frente a los probables separatistas en un hotel cruceño

Apenas cinco bolivianos le daba Rózsa a su camarada Tóásó para sus alimentos y otros gastos.

Una fuente de la comisión de la Cámara Baja que investiga el caso terrorismo reveló que el boliviano-croata-húngaro Eduardo Rózsa Flores buscaba la forma de dejar Bolivia por el incumplimiento del financiamiento.

El 29 de mayo, el fiscal de Distrito de La Paz, Jorge Gutiérrez, aseguró que se identificó a quienes sustentaban a la presunta célula separatista liderada por Rózsa; pero no reveló los nombres.

Las investigaciones del fiscal Marcelo Soza dan cuenta también de que los intermediarios del financiamiento eran Hugo Achá “El Supermán”, quien es abogado de la Cámara de Industria y Comercio (Cainco), y Alejandro Melgar “El Lucas”, ex presidente de la Human Rights Foundation (HRF), quienes huyeron a Estados Unidos.

La fuente de la comisión parlamentaria dijo que de acuerdo con la declaración de uno de los integrantes del presunto grupo irregular (no dijo quién), días antes de su muerte Rózsa ya no tenía suficiente dinero para sustentar a la milicia.

Parecería que quienes pagaban los gastos del presunto grupo irregular “se cansaron” de aportar, pues habrían pagado los pasajes aéreos de los supuestos terroristas desde Europa hasta Bolivia, su estadía en hoteles, alimento, armas y otros.

En un correo electrónico dirigido por Rózsa al eslovaco Ivan Pistovcák, al cual tuvo acceso este medio, le dice: “Nosotros aquí no tenemos tanto apoyo financiero, aunque es indudable que aquí también viven personas muy ricas, pero éstas o ya sacaron su dinero fuera del país o no”.

Este presunto líder de la organización terrorista murió el 16 de abril en un operativo policial en el hotel Las Américas de la ciudad de Santa Cruz, junto con Árpád Magyarosi y Micheal Dwyer, y sobrevivieron Elöd Tóásó y Mario Tádic.

Por la declaración del húngaro Tóásó se conoce del poco dinero que Rózsa manejaba. “Cuando necesitaba dinero para comida o algo, le pedía a Eduardo y él me daba cinco bolivianos”.

Ignacio Villa Vargas, alias “El Viejo”, testigo “clave” además de haber sido parte de la supuesta milicia, en su declaración informativa a la Fiscalía habla de los problemas que Rózsa tenía con Hugo Achá por dinero.

“Rózsa me comentó que en principio la plata la daban unos empresarios y que todos los empresarios debían pagar porque la causa triunfe, (pero) que había un grupo que no daba y que por ello los otros también querían dejar de dar”.

Villa enfatiza en que la pelea entre ellos (con Achá) “siempre era por plata” y por ello Rózsa planificaba secuestros de los hijos de quienes no aportaban, para presionarlos.

Líder de célula quería matar a diputado Klinsky

Eduardo Rózsa Flores, líder muerto de la presunta célula terrorista desarticulada en Bolivia, quería asesinar a Carlos Pablo Klinsky, ex presidente de la Brigada Parlamentaria Cruceña, porque este parlamentario evitó que se le transfiriera recursos económicos de la Prefectura de Santa Cruz para comprar su propio equipo de comunicación.

La información la dio a conocer el presidente de la comisión parlamentaria que investiga el caso terrorismo, César Navarro, a través del programa “Hagamos Democracia” difundido por la Red Erbol.

“Cuando tomamos declaraciones, nos dijeron que a Rózsa le habían comprometido dinero de la Prefectura para comprar un equipo de comunicación; cuando esperaba ese recurso, Klinsky, de manera pública pidió al prefecto Rubén Costas rendición del manejo de los recursos económicos, producto de esta solicitud se paralizó la transferencia de este recurso al grupo de Rózsa, se quedó sin recursos y amenazó con asesinar al diputado”.

Agregó que el líder del presunto grupo terrorista, desarticulado en un céntrico hotel de la ciudad de Santa Cruz, quería matar al parlamentario boliviano porque entendía que su declaración pública frustró la transferencia de los recursos prefecturales para su propio aparato de comunicación.